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  • Políticas de armas de Brasil imitan las de EE.UU., pero tienen mayores divisiones de clase

    Publicado originalmente en OpenDemocracy Implementar un principio de política exterior sobre armas podría acentuar aún más las desigualdades económicas. El año 2021 estuvo marcado por incentivos legales del gobierno de Jair Bolsonaro para flexibilizar las restricciones a la tenencia y portación de armas en Brasil. En un esfuerzo por emular el enfoque de los Estados Unidos hacia las armas, el presidente realizó su campaña electoral sobre esta plataforma, popularizando el gesto de imitar armas con los dedos y eventualmente introduciendo 30 decretos sobre el tema. Algunos de los decretos que facilitaban el “registro y adquisición de armas y municiones por parte de los cazadores, recolectores y tiradores” (entre otras cosas) luego enfrentaron resistencia del Senado. Esta resistencia no sorprende, ya que según un censo de 2019 (su primer año en el cargo), la mayoría de la población brasileña estaba en total desacuerdo con la idea de que relajar las leyes de armas se traduciría en más seguridad pública. También hay consenso entre los investigadores y las ONG en que las regulaciones laxas sobre la propiedad y posesión de armas exacerban la violencia y pueden fomentar el crecimiento y el abaratamiento del comercio ilegal de armas en el país. El desvío de armas legales a la ilegalidad ya era un problema antes de estos decretos, con casi 20.000 armas en los 10 años previos a 2016, cuando el informe fue publicado por una comisión parlamentaria de investigación (CPI). Esto significa que popularizar la cultura de las armas en Brasil no se trata de combatir el crimen organizado, sino todo lo contrario: de aumentar la oferta de armas. El problema de implementar un principio político estadounidense sobre las armas en Brasil, además de ni siquiera funcionar en su país de origen, es que la sociedad brasileña se enfrenta a una mayor desigualdad económica. Esta disparidad de clase está representada en la demografía que se posiciona en el tema de las armas. Según el informe de 2019, “de los encuestados que dijeron estar a favor de flexibilizar la tenencia de armas de fuego, la mayoría gana más de cinco salarios mínimos”. Mientras tanto, “siete de cada diez residentes de la periferia brasileña no estuvieron de acuerdo con la flexibilización de la tenencia”. En otras palabras, la gran mayoría de quienes apoyan el control estricto de armas viven más cerca de donde opera el crimen organizado. Mientras que una parte más rica de la población que puede permitirse vivir en los llamados barrios más seguros tiende a apoyar la relajación de las restricciones. En los Estados Unidos, el tema de clase afecta el debate sobre el control de armas desde un lugar ligeramente diferente. Un estudio de 2017 describe los “reveses económicos” como la principal fuente de apego emocional a la posesión de armas, un derecho que ya está ampliamente reconocido en el país. Esto significa que, en los EE.UU., la inseguridad financiera puede motivar la posesión de armas como una fuente de empoderamiento. La demografía de los brasileños que ganan al menos cinco veces el salario mínimo puede no estar tan alejada de la demografía estadounidense de personas que se sienten económicamente desfavorecidas. El contexto social e histórico, sin embargo, informa no sólo cómo se describe este grupo demográfico, sino también cómo estos individuos se describen a sí mismos. Alguien que se considera de clase media alta en Brasil puede ser considerado de clase media baja en los EE.UU. Sin embargo, la aversión a la pobreza y a los pobres es un terreno común. El género y la raza también dan forma a los sentimientos en torno al control de armas en ambos países. En los EE.UU., aquellos “que tienen expectativas no atendidas sobre lo que significa ser un hombre blanco en los EE.UU. hoy” tienen más probabilidades de estar interesados ​​en poseer armas. En Brasil, la raza es más difícil de dicotomizar debido a una historia colonial que fomentó el mestizaje en lugar de la segregación. Sin embargo, la raza tiende a seguir líneas de clase, ya que los brasileños negros representan más del 70 % del segmento más pobre de la población y los blancos constituyen el 70 % de los más ricos. Teniendo en cuenta estos números, cabe señalar que, en ambos países, las personas negras y pobres tienen más probabilidades de convertirse en víctimas de la violencia armada. Otra preocupación importante con la flexibilización de las leyes sobre armas, quizás más en Brasil que en los EE.UU., es el potencial aumento de los feminicidios. “El término 'feminicidio' fue adoptado particularmente en América Latina”, pero eso no significa que esté más extendido en esa región. El impactante nivel de registros de violencia contra las mujeres en Brasil es influenciado por hecho de que hubo un esfuerzo por nombrar el problema. En Estados Unidos, categorizar los feminicidios como cualquier otro homicidio puede enmascarar el hecho de que 92% de los casos son perpetrados por hombres que las mujeres conocían. La aprehensión de afirmar que estos homicidios sucedieron porque estas víctimas son mujeres no cambia el hecho de que la mayoría de los agresores son sus novios o esposos. Tampoco cambia el hecho de que “la pobreza está asociada con el abuso doméstico”. Facilitar la posesión de armas y mantenerlas en los hogares familiares puede exacerbar el problema existente de violencia doméstica y la vulnerabilidad de las mujeres que enfrentan inseguridad financiera. Por cada situación en la que se puede usar un arma para proteger a una familia de una agresión, hay varias otras situaciones en las que esa arma se puede usar para infligir daño irreparable a esa misma familia, ya sea provocando violencia doméstica, expandiendo las armas ilegales por organizaciones criminales, o a través de la victimización desproporcionada de familias marginadas. Advertencia — las fotos a continuación son inquietantes y muestran la muerte. Operación de la Policía Militar y Civil, en 21 de julio, deja 19 muertos en Complexo do Alemão | Fabio Teixeira El papel de la policía Las operaciones policiales en las periferias brasileñas son notoriamente mortales y los muertos a menudo no están involucrados en actividades delictivas. Simplemente están en el lugar equivocado en el momento equivocado. Si las instituciones encargadas de hacer cumplir la ley hicieran su trabajo de manera competente, no habría necesidad de que el Estado transfiriera la responsabilidad de proporcionar seguridad a los civiles. Sin embargo, el estímulo de Bolsonaro al uso de la fuerza y de la violencia resuena bien entre los oficiales de la policía militar – que a menudo se convierten en ávidos partidarios. Como dice un investigador de seguridad pública, que una persona apoye a un político que alienta a los amateurs a asumir una función que es su responsabilidad profesional es "una cuestión puramente ideológica, no práctica". Esta ideología, que representa vagamente los valores familiares tradicionales, los principios religiosos y los roles de género conservadores, no tiene una influencia práctica en la reducción de las tasas de delitos violentos, la lucha contra el crimen organizado o la protección de las familias en sus hogares. En julio, unas 20 personas murieron en un tiroteo entre la policía y presuntos narcotraficantes en el Complexo do Alemão, en Río de Janeiro. Menos de la mitad de las víctimas tenían antecedentes penales, al menos dos de ellos no eran sospechosos y uno era policía. Este escenario es recurrente; un informe reciente de la Universidad Federal Fluminense (UFF), financiado por la fundación política alemana Heinrich Böll, afirma que entre 2007 y 2021, “17.929 operaciones fueron realizadas por la policía en Río de Janeiro. De ese total, 593 operativos policiales resultaron en masacres, totalizando 2.374 muertos”. No hay evidencia que demuestre que estas operaciones fueron efectivas para combatir o detener a las organizaciones del crimen organizado, pero ciertamente fueron efectivas para mantener un reinado prolongado de terror en las comunidades marginadas. No hay duda de que la desigualdad económica se está volviendo progresivamente intolerable. La pobreza, el crimen y la necesidad de una sociedad más segura son preocupaciones que posiblemente trascienden todas estas divisiones ideológicas. La pregunta es cuáles son los pasos prácticos para mejorar una condición social que conduce a una violencia brutal de norte a sur del globo. ¿La solución podría ser más armas o más dignidad humana? _____ Mirna Wabi-sabi

  • Una ‘Quimera’ hecha realidad

    Universidad de Costa Rica Las leyendas, los mitos y la historia se conjugan para recuperar sueños e ilusiones de antiguas culturas de todo el mundo para elaborar nuevas quimeras y perseguirlas hasta convertirlas en una realidad. Esto es posible gracias a una publicación que es, en sí misma, un ideal de un grupo de estudiantes de la Universidad de Costa Rica (UCR) que se ha logrado concretar: la revista virtual Quimera. Según explica Ivannia Victoria Marín Fallas, directora de la revista, Quimera es un proyecto cultural y educativo independiente, generado a partir de la iniciativa de un grupo de estudiantes de la UCR, que pretende difundir arte y conocimiento; no solo de manera virtual o impresa, sino también por medio de la realización de actividades que involucren a los miembros de la comunidad. Los ejes de la publicación son la literatura, la historia, el folclore y, en general, la herencia de las culturas antiguas y su pervivencia. La revista se edita cada seis meses y es virtual, aunque también se imprimen algunos ejemplares. De acuerdo con Marín, quien es filóloga clásica y actual estudiante de la Maestría Académica en Literatura Clásica, las ganancias obtenidas por la venta de cada número son dirigidas a una organización no gubernamental de bienestar social o animal diferente en cada ocasión. “Desde la fundación de este proyecto, hemos venido trabajando de manera constante, sin afán de lucro, para incentivar y difundir la creación literaria y el conocimiento de diversas culturas a través de nuestras publicaciones digitales. También hemos organizado actividades como el III Certamen Literario AFL de Mitología Grecorromana, en colaboración con la Asociación de Estudiantes de Filología de la UCR, entre otras actividades”, detalló Marín. Asegura la directora que la revista ya ha llegado a 88 países y supera las 45 000 vistas. Los artículos han sido leídos en naciones como Rusia, Italia, China, Brasil, Nueva Zelanda y España, país que registra el mayor número de vistas seguido por Costa Rica y México. El cuarto volumen de la revista se presentará el próximo 15 de junio en el Centro Cultural de España en Costa Rica, a partir de las 6:00 p.m., y contará con la participación del equipo editorial conformado por Félix Alejandro Cristiá, Victoria Marín Fallas y Masiel Corona Santos. Asimismo, se contará con la presencia de Penélope Gamboa, Xochipilli Hernández, Ulises Paniagua y Xóchitl Cuauhtémoc Xicoténcatl, quienes han generado contenido para la revista. Para más información podés visitar el sitio de la revista virtual Quimera haciendo clic AQUÍ. El cuarto volumen de Quimera, en palabras del editor Félix Cristiá: En virtud de las letras que acompañan el presente volumen, nos introducimos en el misterioso mundo vegetal, gracias a ese intento por comprender el Lenguaje arborescente que invoca Josué Rodríguez Calderón en su poema, tal vez con el deseo de atravesar las leyes que han creado los seres humanos y llegar hasta la sencillez a la vez tan compleja a la que alude Xochipilli Hernández. Por este camino podríamos percibir los cambios naturales como un latir –insinúa Xóchitl Cuauhtémoc– que se convierte en memoria, una Ofrenda. Son muchas las maneras de acercarse. ¿Acaso no es el secreto que guarda el sabio abuelo que menciona Hubert Malina? Estos secretos, visibles solo para quien utiliza los sentidos por encima de la razón, reposan entre los árboles que nos recitan Alberto Arecchi y Carlos Belziti, en los Lirios de Pablo Guisado, en la lluvia de Masiel Corona Santos, sobre el maíz. Hablamos de un ser que se metamorfosea a sí mismo. Nuestros antepasados tuvieron la valentía de intentar descifrar la síntesis entre lo visible y lo no experimentado, pero no podían hacer más que observar, atentamente. A través del mito, y quizá lo que más nos anima en este momento, el relato, interpretaron y enseñaron los cambios de la naturaleza, como nos recuerda Angélica Santa Olaya en sus Frutos de amor, o Aldo Vicente Favero con su mítica semilla. Tal como aquellos maestros y maestras de las letras universales, que encontraron en el relato la manera de acercarse al mundo fantástico, Ulises Paniagua nos habla de las mandrágoras, y Ricardo Evangelista sobre un niño del bosque que con espanto contempla el hacha del hombre civilizado. De manera similar, Eduardo Honey Escandón recuerda la magia de los manglares, venas de la Tierra que han dado forma a una estructura que se renueva a sí misma, a veces tan fuerte y obstinada como el decidido tronco del que nos habla Penélope Gamboa, y en otras tan frágil como la margarita de María Pérez Yglesias. Recordando la pasión de escribir para conocer, conocer para investigar, y el investigar para difundir, Patricia Zanatta nos comparte un poco sobre los secretos medicinales de las plantas andinas, que es a su vez la historia de toda una población. A través de un retorno hacia el bosque al que nos invita el ensayo de Carlos Guzmán (Gani), donde no gobiernan las reglas humanas, sino el incesante asombro de los niños, llegamos finalmente a desprendernos del osado pensamiento de que solo podemos aprender de los especialistas y científicos; comenzamos a poner más atención a las hojas, los pétalos, o a los estanques, como nos presenta Mirna Wabi-Sabi, pues a pesar de los increíbles avances de la ciencia, el ser humano aún no es capaz de replicar y predecir todas las facetas del reino natural. Estos textos (escritos en español, portugués, mè'phàà, náhuatl y bribri) en conjunto dan cuenta de las distintas manifestaciones del conocimiento y la imaginación, transmitidas por medio de diversos estilos y lenguajes, inspiradas a su vez por todo un mundo que, si adoptamos las creencias de los autores de los cuales nos hemos ocupado, podría tratarse de una sola, enorme, excelsa entidad que no obstante se manifiesta en innumerables formas para que el ser humano pueda comprenderla de diversos modos, y así, quizá, pueda también percibirse a sí mismo como parte del mismo espléndido conjunto. "Quimera busca reconciliar los valores de universalidad y diversidad por medio del mito, la historia y el arte en general." (Ivannia Victoria Marín Fallas, directora de la revista Quimera) ________ Universidad de Costa Rica

  • Cuando No Seguir el Instinto

    Available in English here. El último sábado de agosto, prendí las luces del balcón e una nube de termitas corrió hacia las lámparas. Se arrojaron contra la ampolleta nerviosamente y cubrieron cada centímetro de la pared. Una mariposa voló entre ellos, desorientada. Y una lagartija estaba allí, verticalmente, al lado de una de las lámparas, emocionada, pero en gran desventaja numérica. Es el comienzo de la primavera, hora de salir en la búsqueda por nuevos apareamientos, con la ayuda de la luna. Entonces, pasé un tiempo en el oscuro mientras las termitas se orientaban. Al día siguiente, a pesar de la pandemia, la gente llenó las playas para disfrutar del sol. El invierno se terminó y también el aislamiento. Los humanos, en muchos sentidos como un enjambre de termitas, tienen instintos que no les dejan acompañar los cambios drásticos del contexto. La luna ya no es la única fuente de luz en esta tierra — que antes era un pedazo de bosque atlántico costero. Aunque seamos adaptables encontramos maneras de racionalizar comportamientos irracionales para retrasar los cambios. Ciertas cosas ya cambiaron, irreversiblemente, como la manera que nuestros cuerpos existen en el mundo y lo influencian. Nuestros cuerpos son importantes, por lo tanto la distancia entre ellos también importa. Así como las termitas son importantes para el mundo — un mundo que no circunda solamente los bienes humanos — ellos ayudan a descomponer los cuerpos de los árboles muertos, devuelven los nutrientes al suelo abriendo el camino para una nueva generación de árboles. Como nosotros, a ellos también les gustan los cadáveres de los árboles, aunque practiquen este culto de forma mas sostenible. ¿De qué formas insostenibles ​​practicamos nuestra devoción? Poniéndonos devotos del dinero, de otras personas o de nuestro propio cuerpo, puede ser que estemos practicando rituales que no solamente nos aleje de las cosas que mas valoramos, sino que también pueden destruirlas. El instinto de socializar y tomar el sol, por ejemplo, como homenaje a las personas que amamos, incluye a nosotras mismas, aunque tuviera validez antes del año 2020, hoy puede ser una maldición más. Así como las termitas tuvieron la capacidad de disfrutar de la luz de la luna, aunque se distraen con una luz bastante débil solamente por su cercanía, al encontrar nada más allá del vidrio, concreto y de madera químicamente tratada. El COVID-19 y el aislamiento puede haber remodelado la forma como vemos nuestros cuerpos en el mundo y, por lo tanto, va a remodelar la practica de nuestra devoción, en lo que sea. Esto no es algo malo, las tradiciones pueden evolucionar para volverse aún más poderosas. En cierto modo, es por el cambio que nos ponemos devotos. Si alguien adora la riqueza, aunque la idea que hacemos de ella pueda ser inmutable, el deseo es que se cambie la cuantidad de la riqueza. Mismo en la adoración de las deidades, por eternas que sean, son consideradas con poder de Cambio. Yo fui una de las personas que fueron a la playa en este domingo, sin saber que formaba parte de un enjambre. La multitud me sorprendió y me hizo super-consciente de no estar usando un barbijo. Lo más sorprendente, sin embargo, fue percibir que ahora me dio una sensación fragilizada de lo que mi cuerpo es capaz, de lo que puede soportar y de como las cosas pueden amenazarlo. Yo solía ser tan desteñida, andar en bicicleta entre los autos, escalar las enormes rocas en la playa, explorando senderos escondidos y mirando hacia abajo del acantilado. Probablemente sea seguro decir que el año 2020 nos hizo sentir vulnerables ​y muchos de nosotros simplemente no queremos aceptarlo pero existen nuevas formas de reconstruir la confianza en nuestros cuerpos, solamente tenemos que querer buscarlas. Ciertas cosas cambian y volver a las antiguas formas de afrontarlas puede ser contraproducente. Especialmente para aquellos de nosotros que quieren seguir resistiendo a los cambios, es importante mantener nuestros objetivos inmutables para que conozcamos a las tácticas cambiantes ​​en las que podemos confiar para alcanzarlas de manera efectiva, sin distraernos con cosas brillantes en el camino. ________ texto: Mirna Wabi-Sabi traducción: Marina Mayumi revisión: Angely Zambrano

  • Deje de intentar salvar a los pueblos indígenas

    En lugar de 'salvarlos', debemos dejar de destruir. Y ese es un trabajo que tenemos que hacer por nosotros, no por el otro. Es muy común que personas o instituciones brasileñas tengan gestos amables con las comunidades indígenas y luego lo enmarquen como un gran esfuerzo en defensa de sus derechos. Por ejemplo, pagar a los indígenas para que construyan una estructura tradicional dentro de un museo. A veces, incluso cosas tan sencillas como presentarse en una aldea y decir "hola", llevar a los estudiantes de visita o comprarles objetos se convierten en una gran declaración política. No lo es. Es la decencia básica, como pagar por los bienes y servicios o tratar a otra persona como un ser humano. Por Mirna Wabi-Sabi Léelo en Opendemocracy.net

  • Colin Ward Y La Naturaleza Compleja Del Medio Ambiente

    “Colin Ward ha sido un escritor productivo, un historiador y arquitecto y urbanista en gran parte invisible al amplio público profesional, a pesar su rol clave en la historia de las corrientes “bottom-up“ y ambientales de la arquitectura y el urbanismo.” Habríamos de considerar a Ward como un puente importante entre personajes de la geografía anarquista y del regionalismo anteriores a la Segunda Guerra Mundial, como Reclus, Kropotkin, Geddes y Mumford, y la generación de los anarquistas y arquitectos desde abajo de la segunda posguerra como Giancarlo De Carlo, John F.C. Turner y otros. Este texto trata de un aspecto del trabajo de Ward que aún no ha sido objeto de atención: su perspectiva sobre la relación entre el ser humano y el medio ambiente. Por Jere Kuzmanić Léelo en Criticaurbana.com

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